Tesla Optimus: 5 dato impactante del robot humanoide que Elon Musk prometió para 2025

Imagen conceptual del robot humanoide Tesla Optimus durante una demostración.
Tesla Optimus enfrenta retrasos y problemas técnicos. Descubre por qué el robot humanoide aún no está listo para el mundo real.
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El comienzo del sueño humanoide
Recuerdo perfectamente el día en que vi por primera vez la presentación de Optimus, el robot humanoide de Tesla. Fue uno de esos anuncios que sacuden el mundo tech por completo. Elon Musk, con su característico estilo visionario, aseguraba que el robot cambiaría por completo la manera en la que interactuamos con las máquinas. Prometía que Optimus podría realizar tareas cotidianas, trabajar en fábricas e incluso servirnos en casa.
Como entusiasta de la tecnología —y como alguien que ha trabajado años en automatización de procesos—, no pude evitar emocionarme. ¿Un robot con forma humana que podría aliviar nuestra carga laboral? El sueño de la ciencia ficción parecía, por fin, tocar la puerta de lo real. La palabra clave era clara: Tesla Optimus.
Optimus tropieza en su producción
Sin embargo, la realidad parece haber tomado un rumbo más lento. Según un artículo reciente de Gizmodo en español, Tesla se está enfrentando a múltiples contratiempos en la producción de Optimus, algo que no ha pasado desapercibido para los seguidores de la marca y el mercado tecnológico en general.
Limitaciones técnicas de un gigante
Pese a que el robot ha sido mostrado en varios videos ejecutando tareas como caminar, cargar objetos o incluso doblar ropa, fuentes internas aseguran que muchas de estas demostraciones han sido grabadas en condiciones controladas y no representan lo que el robot puede hacer de forma autónoma en ambientes reales.
Esto no me sorprende. Hace unos años trabajé en el desarrollo de un prototipo de asistente robótico en una universidad colombiana, y puedo dar fe de lo difícil que es lograr estabilidad en acciones humanas básicas como caminar en línea recta o manipular un objeto frágil. Lo que parece fácil para nosotros —porque tenemos décadas de evolución detrás— requiere una combinación muy compleja de sensores, inteligencia artificial y motores precisos.
Elon Musk y las promesas ambiciosas
Tesla y Elon Musk tienen una reputación bien ganada por prometer futuros brillantes, aunque muchas veces se retrasan en cumplirlos. Optimus no ha sido la excepción. La compañía ha hablado de producir miles de unidades, pero los ingenieros admiten que incluso fabricar una docena funcionales ha sido un desafío. De hecho, se ha dicho que solo unos pocos modelos están operativos y son altamente dependientes de supervisión humana.
Tesla no solo apuesta por la robótica humanoide con Optimus, también ha dado pasos firmes en el desarrollo de tecnologías como los robotaxis, que han generado movimientos importantes en el mercado. Puedes leer más sobre esto en nuestro artículo:
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¿Estamos listos para robots como Optimus?
Más allá de los problemas técnicos de Optimus, creo que hay una pregunta más profunda: ¿la sociedad está realmente preparada para convivir con robots humanoides? La palabra clave robots humanoides se ha vuelto tendencia en los últimos años, pero sigue siendo un concepto que nos provoca fascinación y, al mismo tiempo, cierta inquietud.
El factor social y ético
Durante una charla con colegas en una feria de tecnología en Medellín, alguien preguntó: “¿Dejarías a tu hijo solo con un robot humanoide en casa?” La sala se quedó en silencio. No porque el robot sea malo, sino porque aún no tenemos reglas claras sobre cómo integrarlos en nuestra vida diaria. ¿Qué pasa si falla? ¿Qué responsabilidades tiene el fabricante? ¿Podrían los robots desplazar empleos sin una transición responsable?
Optimus, como concepto, nos obliga a plantearnos dilemas éticos y laborales que aún no hemos resuelto. Tal vez sea por eso que el futuro sigue resistiéndose a llegar en forma de un autómata perfecto.
Conclusión: caminamos hacia el futuro, pero con paciencia
Lo que Tesla está enfrentando con Optimus no es un fracaso, sino una señal clara de que el futuro no se acelera con promesas, sino con pruebas, errores y mejoras constantes. La robótica humanoide es una de las ramas más difíciles de la ingeniería, y aunque el avance ha sido real, aún estamos lejos de tener robots que puedan reemplazar al ser humano en tareas complejas o incluso simples de forma totalmente autónoma.
La emoción que sentí cuando vi el primer video de Optimus no ha desaparecido. Solo ha madurado. Hoy entiendo que la tecnología no solo necesita innovación, sino también tiempo, regulación y paciencia colectiva.
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Nico Trent, periodista digital por vocación y buscador incansable de historias que incomodan, despiertan y cuestionan. En Vortinex me encargo de explorar todo aquello que muchos prefieren ignorar: desde avances tecnológicos que cambiarán el mundo hasta fenómenos culturales que revelan quiénes somos en realidad.
No me interesa solo contar lo que pasa, sino entender por qué pasa y cómo nos afecta. Me apasiona investigar, contrastar, y darle forma a narrativas que inviten a pensar, debatir y mirar más allá del titular fácil.
Creo que el periodismo debe incomodar cuando es necesario, emocionar cuando corresponde y, sobre todo, conectar con quienes leen. Escribo para quienes no se conforman con lo superficial.
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