julio 18, 2025

VORTINEX

Noticias, análisis y tendencias de actualidad internacional, tecnología, deportes y sociedad.

Increíble el auge del slow living frente al ritmo de la tecnología en 2025

slow living

slow living

Slow living gana popularidad como alternativa al ritmo acelerado impuesto por la tecnología y la productividad constante.


El auge del slow living frente al ritmo de la tecnología

Tabla de contenido


Qué es el slow living y por qué está creciendo

La primera vez que escuché el término slow living fue durante una charla con una amiga que, harta de su ritmo frenético, decidió mudarse fuera de la ciudad. No era una huida, sino un acto consciente: quería reconectar con su tiempo, sus decisiones y su cuerpo.

Slow living significa literalmente “vivir despacio”. Pero más que una moda, se trata de una filosofía que busca devolvernos el control sobre nuestro tiempo, nuestras prioridades y nuestra forma de habitar el mundo. En contraposición al ritmo de la tecnología, donde todo es inmediato, automatizado y urgente, este estilo de vida propone pausas, atención plena y decisiones significativas.

Esta corriente no se opone a la innovación, pero sí al automatismo. Nos invita a preguntarnos: ¿para quién corremos? ¿Qué estamos perdiendo por ir tan rápido?


Slow living y la saturación tecnológica: una contradicción necesaria

Vivimos en una era donde lo digital domina: notificaciones constantes, algoritmos que predicen nuestros gustos, y tecnología que, como el robot Optimus de Tesla, promete hacernos la vida más fácil.

¿Puede coexistir el slow living con este mundo hipertecnológico? La respuesta es sí, pero no sin conflicto. La saturación tecnológica ha generado una especie de fatiga digital: hiperproductividad, jornadas extensas, ansiedad por no estar “conectados”. El slow living surge como antídoto: nos recuerda que la eficiencia no lo es todo y que el descanso no es sinónimo de flojera.

Una vez, en plena pandemia, trabajaba desde casa con tres reuniones seguidas por Zoom. Apagué la cámara un momento, respiré hondo y me pregunté: ¿esto es sostenible? La respuesta fue clara. Desde ese día empecé a introducir prácticas de slow living en mi rutina. Lo primero fue desconectar las notificaciones después de las 7 p. m. Un pequeño gesto, pero con un gran impacto.


Adoptar el slow living: cambios reales, beneficios concretos

Adoptar este estilo de vida no implica abandonar el mundo moderno ni mudarse al campo (aunque para algunos eso funcione). Se trata más bien de una forma de estar presentes, de elegir conscientemente en qué invertimos nuestro tiempo y atención.

Yo comencé a practicarlo cocinando sin mirar el reloj, caminando sin auriculares o leyendo sin alternar entre pestañas. También decidí usar la tecnología a mi favor: aplicaciones para meditar, calendarios con espacios en blanco intencionales, e incluso recordatorios para no hacer nada.

También está transformando espacios de trabajo. Empresas y profesionales están priorizando horarios flexibles, jornadas con pausas y reuniones más humanas. Porque se ha entendido que un empleado descansado y presente rinde más que uno cansado y saturado.

Lo más difícil no ha sido aplicar el slow living, sino justificarlo. Vivimos en una cultura que glorifica la prisa. Pero cada vez que me doy permiso para desacelerar, compruebo que no pierdo el tiempo: lo recupero.


Conclusión: slow living como acto consciente y revolucionario

Esta no es una moda pasajera ni una excusa para desconectarse del mundo. Es una respuesta legítima al exceso, a la prisa sin sentido y a una vida dominada por la reactividad.

En tiempos donde la inteligencia artificial se perfecciona, donde los robots humanoides avanzan y donde el algoritmo decide por nosotros, el slow living nos devuelve algo profundamente humano: la capacidad de decidir con calma. De estar. De vivir, no solo de funcionar.

Elegir el vivir así  es casi un acto político. Significa priorizar lo esencial, lo cotidiano, lo profundo. Y aunque no siempre sea fácil, vale la pena intentarlo. Porque no se trata de vivir más lento para hacer menos, sino para vivir mejor.

Para comprender mejor los contrastes entre eficiencia tecnológica y ritmos humanos, recomiendo leer este artículo sobre los desafíos de Tesla con su robot humanoide Optimus.

Copyright © Todos los derechos reservados. | Newsphere por AF themes.